Acabará en dolor
mi vida. Como fumo
tres etiquetas diarias,
acabará en dolor.
Ya me duelen las piernas,
sobre todo en verano,
producto, me imagino,
de que la sangre fluye
cada vez menos líquida:
el tabaco tapona
las venas. ¿Y qué haré
cuando el dolor, temible,
se vuelva insoportable?
Marco Aurelio me escucha
impertérrito. Sí:
en mis manos está
la salida. ¿Y qué haré?