lunes, 17 de enero de 2022

EL ALMUERZO DESNUDO


De repente cayó 
por un momento el velo 
con que la idealizo 
habitualmente. Vi 
a una mujer acíbar 
que mucho despreciaba 
a este ser y sus modos 
ingenuos y corteses. 
Vi que gritaba "¡idiota!" 
entre líneas, violentas 
en su rencor. Y vi 
su poder en desorden, 
sin tributo posible, 
al menos de mi parte. 

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