Harto de las miserias
de mi mente, cansado
de esa feble maroma
que se cortó, te escribo
apenas cinco líneas
para decirte que
aún sigo queriendo
cantarte. (Entre nosotros:
obvio que no sos vos
la que me escucha y dice
que le interesa. Es alguien
que calla y que presiente
cada palabra o luna
que consigno, que pasa.
Es alguien cuyo nombre
lo es de un cuerpo plural.)
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