para vivir. No más.
Y no tengo vergüenza
de tenerlo a pesar
de lo que canta Silvio.
Pero en el lagrimal
de caminar las calles
del mundo siempre está
esa canción cubana
como estandarte. ¿Vas
a despreciarla? Sea
mi verso un apostar
por lo que más importa:
la solidaridad.