martes, 24 de mayo de 2022

INAPARENTE CALMA

Poco a poco se enciende la ciudad. Aunque afuera 
la noche todavía se azula por el frío, 
ya los autos, ajenos al dormir, se suceden 
con regular constancia, listos para agregarse 
a la áspera vigilia de las ocupaciones. 
Después vendrá la luz del sol, tan bienhechora 
que los árboles, sobrios y pacientes filósofos, 
seguirán sin pensar en el hacha y el rudo 
fuego final. Las noches y los días se adunan 
en el alternativo reloj del universo. 

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