mis supuestos poemas
me decís; que les falta
magia, o ardor; que pobre
es mi filosofía,
si ignora qué es sentir.
Ideas, no deseosos
versos evanescentes,
me sale dar. Vejez
es quien dicta estas cosas,
cuando se ha vuelto tarde
para querer cantar,
para escribir sin límites.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario