final, a que asististe,
como si hubiese sido
el ritual que algún médico
realizara entre sombras
odiadas por la gente,
que prefiere mirar
una buena película
y descansar. Yo nunca
vi la muerte de nadie,
ni de mi padre. (Nadie
sabe de qué se trata
morirse.) Tuyo el culto,
tuya la sorda espera.
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