martes, 14 de junio de 2022

VEREDA DE MI CUADRA

Ese rostro maltrecho que me mira en la esquina 
cuando me voy de compras soy yo mismo. 

Cada tanto un ataque de epilepsia lo tumba 
y queda en la vereda, fulminado. 

Es parte del paisaje y apenas habla. Espera 
a que le den su pan y luego parte. 

Ése soy yo y a veces ni lo miro. Sus ojos 
me buscan y algo piden. Yo me apuro. 

Pero cómo no verlo. Tantos rotos, escoria 
de la Ciudad, y pongo el automático. 

Y es que ahora que escribo vuelve su rostro, vuelve 
su mirada y me quedo sin aliento. 

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