sábado, 25 de junio de 2022

¡NI APORTÓ!

No dejo de decir
tu nombre en el silencio
de esta sala que nadie
--¡rara noche vacía!--, 
a no ser yo, conoce. 
No recorriste nunca
sus baldosas gastadas
ni a esta mesa que, humilde, 
me sirve de columpio
te sentaste conmigo, 
dueña del resplandor. 
No dejo de girar, 
así, junto a las dulces
cinco llamas o piel
de tu nombre: entimema
de un duradero azul. 

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