en tu sommier, desnuda
frente a toda pupila
que te observe en lo oscuro
y te escriba, y tu perro
dormirá en su cojín
sabiendo que mañana
le franquearás la puerta
bien temprano, desnuda,
repito, para todos
a no ser yo: el olvido
de tu figura exige
que escriba, aunque sin luces.
Escribo sin tenerte.
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