de manejar. Mi viejo
tenía una pistola
con la que disparaba
cada tanto a algún blanco
inmóvil. Yo asistía
desencajado a sus
prácticas. Los ladrones
no aparecieron nunca.
Hay personas que esperan
el peligro de un modo
malsano. El enemigo
era él mismo allá enfrente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario