más difícil se ha vuelto
escribir. Me dirijo
ahora a otros lectores
posibles: se abrió al fin
mi corazón. Sin vueltas
diré de la Ciudad,
allí donde padecen
el roto, el miserable:
el igual. Porque yo
soy uno más, un roto
sin cobijo. No pidan
que mida mis palabras.
Rechacen al hipócrita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario