Yo me había callado
como callan las cosas:
por un tiempo que nadie
puede medir. La mente
no esgrimía palabras
y los ojos sabían
que el silencio del mundo
se acentúa en la noche.
Pero ya el equilibrio
se retiró: mi mente
torpemente produce
estas palabras y
mis ojos ni sospechan
que todo está en silencio.
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