Cae el agua de un cielo
de seguro nublado:
oigo chocar las gotas
contra el techo de zinc
del patiecito. Abiertas
las puertas y ventanas
a la noche, se ve
cómo mece la brisa
las ramas de los árboles.
Llueve, no llueve: ritos
agrícolas persisten
entre nosotros. (Coches,
indiferentes, rugen
al pasar como bólidos.)
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