Estás bajo la luz
cenital de un foquito
escuchando el silencio,
que es el de las palabras.
Ya se escurrió otro lunes
sin que vieras a nadie
y en plena medianoche
te chista el abandono.
"¡La soledad es propia
de nuestra condición!",
resoplás rechazando
algo que te concierne.
(Una salida simple,
e inútil, e inmadura.)
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