rodando por mi calle
me arredran. Pesadilla:
todos quieren tener
un auto y el smog,
la polución sonora,
la locura se acrecen.
"Siempre hablás de lo mismo.
Relajate." Corremos
hacia un Apocalipsis
de lobreguez y espanto
urdido por nosotros
mismos. Que mis poemas
escupan a ese afán
destructor y corrupto.
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