Él está ante las cosas
como un mono perplejo
que calla y mira y nada
sabe (ni de sí mismo).
Cuando las manipula
es libre pero si
las contempla se pierde
en sensaciones tristes.
Se dormirá y el mundo
se borrará, y el modo
en que sigan estando
le será ajeno. Quiera,
al despertar, volver
sin más a esa neblina.
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