cómo fue tu jornada,
amiga que en su hogar
llora de a ratos. Cada
palabra que sonó
en los audios no mucho
de tus penas contó,
aunque las siento. Un pucho,
pensativo, prendí
y escribo sin apuro
un sonetillo impuro
que se acuerda de Alí,
quien nunca me confió
sus cuitas ni lloró.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario