El tiempo, irreversible
como la propia vida,
socava sin ambages
mi cuerpo. En la memoria
estás intacta. Digo,
como una imagen: ya
se esfumaron los años
en que anduvimos juntos,
aparte de que vos
envejecés también.
Las golondrinas vuelven,
volverán, y nosotros
nos iremos a un sitio
donde impera la nada.
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